Un viaje literario por Elche: así se encuentra la comunidad de escritores
Los autores de la localidad ilicitana denuncian la falta de ayudas económicas por parte de los organismos públicos estatales
Eduardo Boix, es un escritor, crítico y gestor cultural español que actualmente se encuentra trabajando en los servicios sociales. Su verdadera pasión desde que era joven han sido las letras, un ilicitano que lleva más de 15 años entre novelas, textos periodísticos y ensayos. ¿Cómo puede afectar mentalmente un encierro como el que hemos vivido durante más de 3 meses a causa del COVID-19? Para él, la pandemia le ha servido de fuente de inspiración, decidió enfrentarse a la crítica situación dejando volar su imaginación y día a día fue creando Los confinados, y se atrevió a lanzar un libro que ya tenía casi escrito titulado La estirpe. Ahora quiere escribir historias que puedan hacer desconectar a sus lectores, e introducir temas nuevos dejando a un lado la catástrofe.
Consecuencias de la crisis del COVID-19
Debido a la pandemia, el hábito de la lectura se ha incrementado en los últimos años, y por ello, ha habido un aumento en la demanda de libros, llegando a un crecimiento de un 1’6% en la venta de estos en 2020, según informa la Federación de Gremios de Editores de España. Además, con el cambio de las restricciones, el día del libro pudo celebrarse casi con total normalidad, pudiendo vender cerca de 1,3 millones de ejemplares, un 85% más de lo que se vendió en 2019, el último año en el que este día pudo celebrarse con normalidad. “Rosa Montero dijo que después de toda la pandemia y vacunarse, volvió al metro y veía a la gente con los móviles y ahora ha vuelto a ver a gente con libros en el metro”, informa Eduardo Boix.
“Ha habido un aumento en la demanda de libros, llegando a un crecimiento de un 1’6% en la venta de estos en 2020”, según el informe de la FGEE
Debido a este aumento de la demanda, los escritores ilicitanos se han visto beneficiados, ya que varios han seguido publicando sus obras a pesar de las dificultades que se han presentado ante ellos, como la falta de ferias de libros, entre otras.
Sin embargo, aunque la creación de libros ha aumentado, la venta de estos al inicio de la pandemia sí se vio afectada de manera negativa, ya que las tiendas físicas tuvieron que cerrar y solo se ha podido vender de manera online, siendo un 43,4% de la población quién optó por la compra online, frente a un 24,6% que se dirigió a las librerías a comprar los libros en 2020.
La corriente literaria de la ciudad
En la Asociación Frutos del Tiempo, fundada en 1990, dedicada a la publicación de libros, y por la tanto la más antigua de la ciudad en este ámbito, se publican en su gran mayoría novelas, narrativa, ensayo, y poesía, siendo los dos géneros más escritos por los ilicitanos. Eduardo Boix escribe un híbrido de texto periodístico, novela y/o ensayo, influenciado por Truman Capote y el zaragozano Félix Romeo, mientras que José Martínez, escribe mayoritariamente poesía, aunque actualmente se encuentra trabajando en una novela y varios relatos cortos.
“Los jóvenes escritores hacen mucha más narrativa, bastante menos poesía y prácticamente ningún ensayo” afirma Miguel Orts, historiador ilicitano. En Elche se publican unos 25 libros por año, novelas en casi su totalidad, al tratarse de un mercado local limitado. Sin embargo, los jóvenes escritores de la ciudad intentan hacerse un hueco en el mercado. “Os diría un libro que han publicado dos jóvenes graduadas en periodismo, que se llama Aparadoras, y es el resultado de 21 entrevistas a 21 mujeres que han ejercido el trabajo del aparado del calzado durante toda su vida, y me parece un libro magnífico” expone Orts. Un libro escrito por las ilicitanas Beatriz Lara Pascual y Gloria Molero Galvañ, una novela que está teniendo mucho éxito y demuestra que este género literario es el favorito de los ilicitanos.
Venta online en auge
Últimamente, además de vender en librerías, la mayoría de escritores ilicitanos se han unido a lo último, vender por internet. Y es que, hoy en día, se pueden comprar libros digitales en muchas superficies, como Casa del Libro, Amazon, Rakuten, FNAC, Google Play Books, etcétera. Concretamente en Amazon, es muy difícil vender sobre todo para los escritores menos conocidos, ya que no aparecen en las búsquedas ni en las diferentes categorías. Tal y como afirma José Martínez, “hoy en día es muy complicado vender en Amazon porque tienes que saber quién es el autor o qué título quieres, ya que no te va a salir al entrar en la plataforma”. No obstante, muchos autores se animan a vender en la plataforma porque consideran que es importante promocionarse en la mayor cantidad de superficies posibles. Incluso hay algunos escritores que optan por estrategias como ofrecer su libro durante unos meses para obtener visibilidad, tal y como indica Sanrodri: “Funciona porque te promocionas aunque sea gratis y a la gente si le gusta querrá saber más de lo que haces. Y los últimos libros aunque sean de pago, los buscan y los compran”.
Sin embargo, hay otros que no se animan a vender en plataformas y prefieren hacerlo a la antigua usanza o en ferias de libros, así lo asegura José Martínez, presidente de la asociación Escritores en su tinta: “Hay quien vende en librería, en Amazon, en su propia página web, o simplemente cuando hacen ferias o actividades literarias como Sant Jordi”.
Librerías y aplicaciones de segunda mano
Otras superficies que están muy de moda en los últimos años son las páginas y aplicaciones de compra-venta de segunda mano, como Wallapop o milanuncios. En estos lugares aparecen día tras día nuevos libros a la venta, por precios muy bajos, lo cual no parece preocupar a los escritores generalmente, pese a que podrían reducir su número de ventas. “Si alguien compra un libro mío por 1 euro pero lo va a apreciar, yo estoy contento. Esas plataformas dan a conocer sobre todo a escritores poco conocidos”, asegura Jose Manuel Sanrodri, de la revista Picudo Blanco. Otros incluso lo consideran una ventaja, porque revender el libro evita que las personas se deshagan de ellos: “Me duele cuando alguien tira un libro a la basura, si lo venden y otra persona lo lee a lo mejor me perjudica a mí, pero el libro sigue teniendo vida”, manifiesta Eduardo Boix, autor de La Estirpe.
“Me duele cuando alguien tira un libro a la basura, si lo venden y otra persona lo lee a lo mejor me perjudica a mí, pero el libro sigue teniendo vida”, manifiesta Eduardo Boix
Sin embargo, José Martínez, presidente de Escritores en su tinta, considera que sí que afectan, sobre todo los lugares donde se ofrecen los libros de manera ilegal: “Afecta en el sentido de que hay personas que compran un libro, lo llevan a la tienda de segunda mano y allí lo ponen a la venta. Sobre todo, las plataformas que te lo ofrecen gratuitamente, que al fin y al cabo si luego lo imprimes te va a salir más caro que el original”.
El papel de las asociaciones ilicitanas y agrupaciones de escritores
La Asociación Literaria y Cultural Escritores en su Tinta es una agrupación sin ánimo de lucro que apoya la lectura, la creación literaria y la cultura en general. Esta formada por autores independientes que tienen en común la afición y el gusto de escribir, así como la promoción de sus obras. Están convencidos de que unidos son capaces de defender mejor sus intereses, así como de solucionar las dificultades que a las que se enfrentan los escritores independientes, tanto individual como colectivamente.
La Asociación se dedica a fomentar el hábito de lectura y a difundir y promocionar el lanzamiento de las obras de todos sus miembros a través de todos los medios que puedan tener al alcance. Otra de las funciones primordiales es crear un encuentro donde los distintos autores y socios puedan ayudarse entre sí.
“Los de la asociación solemos vender más en librerías porque suelen hacer firmas, presentaciones, y eso da mucho movimiento a que la gente acuda, además se han ido organizando eventos online durante estos meses para darnos a conocer”, comenta José Martínez, miembro de la Asociación Literaria y Cultural Escritores en su Tinta.
La Asociación Cultural Frutos del Tiempo es la más veterana de la ciudad, se dedica a la edición de libros de poesía, narrativa y a la divulgación. Además, organización actos culturales (encuentros de escritores, homenajes, recitales, exposiciones, audiovisuales, talleres literarios) y además convocan diferentes concursos literarios.
Eduardo Boix, miembro de la asociación desde hace muchos años, asegura que “gracias a la asociación puedes conocer y relacionarte con gente nueva con tus mismo intereses”.
La última asociación de la ciudad es la de El Picudo Blanco, en la que se edita una revista anual que recoge relatos y poesía de escritores nacionales e internacionales. Se distribuyen de manera gratuita los ejemplares en diferentes puntos de la ciudad como la biblioteca o los pubs ilicitanos, con el objetivo base de difundir la literatura. Inicialmente la revista se editaba cada seis meses con una tirada de 1.200 ejemplares, pero en la actualidad se publica anualmente y con una tirada de 600 ejemplares.
Algunos escritores locales de esta agrupación como José Manuel Sanrodri, se reúnen los sábados con otros miembros de la asociación para charlar y compartir historias o leer poesía.
¿Dónde están las ayudas?
En cuanto a las ayudas, los escritores ilicitanos no tienen muchas cosas positivas que decir. Ni siquiera con la dura situación con la pandemia han podido recibir ningún tipo de financiación por parte de los organismos públicos estatales. Esto se debe también en parte a que no se han podido realizar eventos presenciales. Los propios escritores tienen que financiar sus trabajos. “Con la pandemia, a pesar de que los organismos estatales prometen ayudas, al final no ayudan y eso repercute sobre todo en escritores que no se conocen”, manifiesta José Manuel Sanrodri.
Eduardo Boix, denuncia que “los escritores nunca recibimos ayudas, nos ven como que somos demasiado baratos y no recibimos ayudas”.
Los escritores agradecen a los lectores que son sin duda su gran fuente de apoyo, tal y como asegura José Martínez, "la única ayuda ha sido la de los lectores que durante la pandemia hemos tenido el apoyo de los lectores que han ido promocionándolos en redes sociales y desde la asociación han hecho actividades online como entrevistas y presentaciones.”
Pese a las dificultades que han ido encontrando durante este último año, escritores locales como Eduardo Boix han decidido seguir escribiendo y publicando historias. Debido a las escasas ayudas que reciben, son muchos quienes no pueden permitirse dedicarse en exclusiva a la creación de libros. Sanrodri, compagina sus novelas con su trabajo como periodista y Boix, actualmente ejerce como trabajador de los servicios sociales.
METOGOLOGÍA
Este es el resultado del reportaje llevado a cabo por Joan Latorre, Laura Sánchez y Ana Rodríguez.
Los primeros meses en los que se nos propuso realizar dos reportajes teníamos bastante claro que uno de ellos nos gustaría enfocarlo a la situación de los escritores locales que apenas tiene recursos propios, y así lo hicimos.
En primer lugar, decidimos crear una lista de todos los escritores ilicitanos que se encontraban activos y nos pusimos a mandar emails con la intención de entrevistar a todos y cada uno de ellos. No pudo ser así, porque obtuvimos respuesta de 3 escritores y de un historiador.
Nuestras fuentes principales fueron las implicadas como Eduardo Boix, escritor ilicitano y miembro de la Asociación Frutos del Tiempo, Jose Martínez, otro escritor de la ciudad y miembro de la Revista Picudo Blanco y José Manuel Sanrodri, escritor y portavoz de la Asociación Escritores en su tinta, y Miguel Orts, historiador ilicitano y profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Todos estuvieron dispuestos a ayudarnos y darnos información sobre el tema y su situación actual. No vimos necesario contactar con alguien del ayuntamiento porque pensamos que no podían darnos la información que queríamos y no iban a saber hablar del tema con exactitud.
Queremos agradecer a todas nuestras fuentes por la facilidad que nos ofrecieron de acudir al propio edificio Atzavares para realizar las entrevistas, y a Orts por facilitarnos Google Meet para el encuentro.
Para realizar el contenido multimedia que aparece a lo largo del reportaje, decidimos utilizar Infogram para realizar dos infografías, una de ellas dónde se recogen una gran cantidad de datos de los informes de la Federación del Gremio de Editores de España, y el otro con una cita que nos dijo José Manuel Sanrodri.
Para la creación del video con rótulos, utilizamos Adobe Spark y decidimos contar un poco más acerca del libro Los Confinados de Eduardo Boix.
Tanto el video, como la foto es original realizada por nosotras.
El gráfico acerca de la compra de segunda mano se realizó con la herramienta Datawrapper y la fuente a la que recurrimos para crearlo fue We Are Testers.
Finalmente, para la creación del Quiz acerca del reportaje, decidimos utilizar la herramienta de Genially. Todas estas herramientas las hemos trabajado previamente en los talleres impartidos a lo largo del semestre.
Fuentes implicadas:
Eduardo Boix
José Manuel Sanrodri
José Martínez
Fuentes expertas:
Miguel Orts
Datos:
Federación de Gremios de Editores de España
RECOPILACIÓN DE LAS DECLARACIONES